
Para hablar de Portezuelo y sus alrededores sería interesante hablar de haciendas emblemáticas de la zona hasta hoy en día como lo son la de Cucha – Cucha, para eso nos remitiremos al historiador W.Hamisch “1593 – 1955”(6)
El cual nos hace unos aportes realmente interesantes; “La hacienda de Cucha-Cucha, que en quechua significaría tatarabuelo situada en la banda del Itata, en un inicio perteneció a Juan bentura del Harma, (Ventura de Lerma Y Castillo) dueño del asiento de Cucha-cucha el cual tenía 3 “familias de Indios” a su usufructo, que el capitán encomendero “Vecino de Concepción” legó a los Jesuitas antes de 1725(7), Libro de los autores Zamorano y Caperán, publicado en 1957) para luego ser adquirida por los Urrejola y Peñaloza en el año 1775, luego de la expulsión jesuita de continente americano, por parte del Vaticano y la corona española, esta hacienda poseía 2400 cuadras de tierra, algunos edificios y viñas además de lagares, poseían y mantenían un servicio de balsa en el Itata para transportar sus productos, además de entregarnos un dato muy decidor tenían en aquel entonces siglo XVII más de 28.070 plantas de viña corriente (cepa país)”, esto vendría a significar que en el mismo periodo, siglo XVII, la hacienda de Cucha-Cucha tendría a igualar la cantidad de Vides que tenía la zona de Cauquenes, las cuales fluctuaban entre las veinte mil y treinta mil parras*(ideisa -2016)(8), zona por excelencia del tipo de vino llamado Soleado, por ende la importancia de la hacienda fue vital, para proveer de vinos, sus variedades y variantes a la zona y al resto de las provincias y regiones de Chile, pero no nos engañemos, la zona hoy conocida como Itata fue por siglos una zona postergada en cuanto a tecnología vitivinícola, las grandes haciendas, estuvieron cercano a Santiago y no más allá del Valle de Colchagua, donde llegaron las primeras cepas francesas y alemanas, donde estas nuevas cepas alcanzaron mayor notoriedad, esto relegó a los valles mas australes del central, una especie de aislamiento forzado, donde la geografía y los caminos no contribuyeron en la expansión de mostos y vinos tan típicos de la zona continuasen estando presente de manera activa en la expansión del vino “Chileno” de la época.
Esta suerte de aislamiento del resto del territorio, produjo un vino único en sabor, calidad e identidad, lo que significó que, con el paso del tiempo, estos suelos de Portezuelo y sus alrededores, produjesen vinos únicos, como lo son el célebre Pipeño, Asoleado, Chicha, misales y de mesa, hoy en día nos encontramos con excelentes espumantes todos estos vinos directamente extraídos de la cepa país., como se preparaba estos vinos en periodo colonial ha sido algo con lo cual hemos tenido contacto desde pequeños ya sea directa indirectamente la cultura vitivinícola se ha encargado demostramos sus distintos procesos, pero como se elaboraban estos mostos hace ya cuatro siglos, prestemos atención “En un rincón se encuentra la tina, formada con dos, cuatro o seis cueros de toro cosidos, y en las grandes haciendas de una verdadera cuba, construida con ladrillos, de una extensión mayor o menor según la importancia de las cosechas. Como la operación de descobajar la uva se ejecuta en el país, se coloca momentáneamente sobre la tina la zaranda, especie de zarzo rectangular formado por un enrejado de cordeles o de varillas de coligüe, sobre el cual se echan los racimos de uvas, que unos hombres exprimen con las manos para que caigan los granos medio aplastados en la cuba y quede el escobajo encima, el cual se bota o se guarda para emplearlo en la destilación con el orujo; otra vez se pisa la uva con él, y se le quita después. Sin embargo, es preciso advertir que el escobajo contiene un principio acerbo-astringente muy apto para activar la fermentación y ayudar a la conservación de los vinos muy azucarados y poco alcohólicos. Descripción de Claudio Gay(9)
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